La expresión «estar en Babia» implica estar distraído y ajeno a aquello que se trata. Se suele utilizar con un sentido crítico para cuestionar la falta de atención o de inadvertencia ante lo que está sucediendo. Se puede ver más claro con un ejemplo: David está en Babia, no se ha enterado de nada. Una vez entendido el significado de «estar en Babia», la pregunta es la siguiente: ¿De dónde procede esta expresión? ¿Por qué hay que estar en Babia para evadirse de un problema o de una realidad? En Translation-Traducción vamos a explicarte su origen.
Para entenderlo hay que analizar el trasfondo histórico. En la Edad Media, los Reyes de León tenían su residencia de descanso en la comarca de Babia, una zona situada al norte del Reino y cerca de Asturias. Hay que entender que esta zona se encontraba a unos 100 kilómetros del palacio, una distancia que en aquella época se tardaba más tiempo en recorrer que en la actualidad; por tanto podríamos considerarla más apartada. Babia era una zona asilada de la población e inmersa en la naturaleza; además, estaba llena de fauna y resultaba ideal para que los Reyes practicasen una de sus actividades preferidas: la caza. Es decir, que era un lugar para desconectar y relajarse por completo. Y eso explica que cada vez los Reyes frecuentasen más Babia.
Paralelamente, en León se preguntaba por el paradero de los Reyes siempre que se los necesitaba. ¿Y cuál era la respuesta que daba la corte? Que estaban en Babia. Al principio la contestación no tenía doble significado, pero dada la repetición de la respuesta ésta terminó relacionando el hecho de «estar en Babia» con la ausencia, la falta de disponibilidad o la distracción total. Decir que estaban en Babia también implicaba que los Reyes no se enteraban de nada de lo que ocurría en palacio. Y por ese motivo, a día de hoy, la expresión «estar en Babia» ha llegado con las connotaciones que ello conlleva; es decir, estar ausente, distraído o ajeno a la realidad.
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Algo de eso había escuchado, jejeje. Me encanta esta expresión. La verdad es que hace tiempo que no la escucho… es de esas frases hechas que me retrotraen a la infancia.
¡Un abrazo!