Bien es sabido por todos que la expresión «meter la pata» implica que se ha cometido algún error o equivocación. Pero, ¿cuál es el origen de este dicho? Mucha gente piensa que como «pata» proviene de «pierna», ha adquirido el significado de «tropezar». ¡Pero nada más lejos de la realidad! Si tú también pensabas que el origen residía ahí, podríamos decir sin tapujos que has metido la pata. En Translation-Traducción vamos a explicarte el origen de esta expresión.
Este dicho tiene un trasfondo religioso y se remonta a los textos del Antiguo Testamento que hablan sobre el Arca de Noé. Entre ellos, hay un comentario de Teofrasto de Hieracómpolis que explica los acontecimientos previos al Diluvio Universal. Yahveh puso a prueba a Noé y le pidió que cuando subiera a su arca a todas las parejas de animales excluyera a la hembra de pato, ya que no consideraba que esta especie fuera digna de perpetuar. A cambio, Yahveh se comprometió a reducir los días de lluvia y a multiplicar la prole tras el diluvio. Pero, ¿qué ocurrió realmente? A Noé le dio mucha pena deshacerse de la hembra de pato y desobedeció las ordenes; la escondió a bordo con la esperanza de que no se diera cuenta. Pero cuando Yahveh se enteró, se enfadó atronadoramente y le dijo: «es inútil que lo niegues, has metido la pata».
Siglos más tarde, el humanista Erasmo de Rotterdam recurrió y citó con frecuencia este texto para enfatizar sus teorías, cuyo uso se popularizó entre la sociedad de la época con una versión abreviada: «no hagas como Noé, no metas la pata». ¿Por qué? Era una advertencia para que no hicieras las cosas mal, sino que siguieras las pautas establecidas. Por tanto, el significado de meter la pata ya adquirió el que se conoce en la actualidad: equivocarse, errar, confundirse…
Tras el Concilio de Trento la historia de Noé prácticamente desapareció de la literatura religiosa, no obstante ya fue tarde para perder esta expresión, puesto que el lenguaje siguió evolucionando por su cuenta. El significado se había asentado en la sociedad y su uso se mantiene hasta nuestros días.
Crédito de la imagen: iliaestudio.blogspot.com
¡Quién lo iba a decir!
Un artículo muy interesante, como de costumbre.