El castellano esconde un sinfín de curiosidades, no solo en sus palabras del día a día, sino también en su historia y en su evolución. En Translation-Traducción hemos recopilado un listado con diversos datos que hacen referencia al castellano, he aquí algunos de los más curiosos.
El castellano hablado surgió entre campesinos y pastores
Antes de que España fuera España y de que Castilla fuera Castilla, surgió el castellano. Lo hizo como parte de la evolución de las lenguas romances. Aquella lengua que iba tomando forma comenzó a ganar popularidad entre los campesinos y pastores que poblaban el condado de Castilla (por entonces perteneciente al Reino de León) y lo hicieron tomando prestadas muchas palabras de las lenguas que había alrededor.
Pero el castellano escrito surgió entre monjes
No obstante, el castellano escrito surgió en otro ámbito social. En las escuelas monacales se concentraba casi toda la población alfabetizada, por ese motivo eran las encargadas de enseñar a escribir a los nuevos estudiantes. Los monjes fueron los primeros encargados de escribir en castellano y de difundirlo.
El primer texto escrito en castellano: una lista de quesos
En el año 959, un monje escribió un texto en el que anotó los diferentes tipos de quesos que usaban en un convento. Al menos es el más antiguo del que se tiene constancia y éste se conserva en la Catedral de León.
El primer libro impreso en castellano tuvo que esperar
Sin embargo, el primer libro impreso no apareció hasta el año 1472. Según diversas fuentes, «Sinodal de Aguilafuente» es el primer libro incunable impreso en castellano. La imprenta de Gutenberg apenas tenía unos años de vida y, por aquel entonces todavía muchos textos se copiaban en latín.
La importancia del Camino de Santiago para el castellano
El Camino de Santiago adquirió un papel fundamental para la divulgación del castellano. Trovadores, escribanos, copistas, poetas… muchas personas relacionadas con las letras y que acompañaban a sus señores durante la peregrinación se dieron cita en la Península. Esto ayudó a la difusión del castellano al considerársela la lengua común entre toda la gente relacionada con el Camino, por ende contribuyó a su difusión.
La palabra «español» no es de origen español
De hecho, esta palabra es de origen occitano, no procede de la propia Península. Los inmigrantes llegados del sur de Francia, donde también empezaba a florecer este idioma, introdujeron el término «español» que hacía alusión a dicha lengua.
Hubo un tiempo en que la «B» y la «V» no se pronunciaban igual
Al menos se tiene constancia de que antes del siglo XVI las letras «B» y «V» no se pronunciaban igual. Esto se debía a la influencia del francés, un idioma en el que estas letras tienen una fonética diferente. Por ejemplo, los verbos boire (beber) y voir (ver) pronuncian de manera distinta su «B» y su «V». Todo apunta a que, a partir de cierto momento, el castellano tomó otro camino más rápido y ambas grafías adoptaron el mismo sonido.
El castellano: lengua oficial en las sinagogas de Ámsterdam
Quizá te choque, pero haciendo un poco de memoria histórica todo tendrá sentido. Carlos I y Felipe II dedicaron grandes esfuerzos a preservar e imponer la lengua castellana. En aquella época, Flandes formaba parte de su territorio y, por tanto, también estaba sometido a su ley. Es decir, que incluso las sinagogas de Ámsterdam y demás ciudades de Flandes tuvieron que adoptar el castellano como lengua oficial.
Crédito de la imagen: villadeorgaz.es
Muy interesante el artículo. Sólo una cosita: “preservar e imponer”. 🙂
Por cierto, hay algunos lugares de España donde todavía se pronuncian diferente la “b” y la “v”, como en Baleares, por influencia del catalán, en el que “veure (ver)” y “beure (beber)” se pronuncian diferente.