Las grandes «cagadas» en la historia de la traducción

27 Jan

Sí, los traductores también nos equivocamos, y debemos reconocer que en la historia de la traducción hemos cometido bastante. En algunas ocasiones han sido pequeños malentendidos o situaciones graciosas, pero otras veces… cambiaron el desarrollo de la historia. No, no es broma, y he aquí algunos ejemplos.

Las bombas atómicas de Hiroshima y de Nagasaki

Jamás un error de interpretación, en este caso de japonés a inglés, tuvo unas consecuencias tan nefastas. En 1945, cuando Alemania ya se había rendido pero Japón aún resistía, los Aliados les dieron un ultimátum nipones. Estos respondieron con un mensaje con el texto «mokosatzu», que en japonés significa «sin comentarios, estamos pensándolo». El problema es que ese término también tiene otro significado, «lo ignoramos y lo despreciamos». Los estadounidenses lo malinterpretaron por un «ignoramos y despreciamos este asunto», así que dieron luz verde al lanzamiento de las bombas atómicas.

La palabra más cara del mundo, 71 millones de dólares

En los años 70 ingresaron a Willy Ramírez, un hombre en un hospital de Florida. Esta persona se encontraba muy grave y su familia hispana no hablaba inglés para expresarse bien pero, supuestamente, el personal era bilingüe de español. La familia dijo que Willie sufría una intoxicación alimentaria y el personal sanitario lo interpretó como «intoxicated». El problema es que en inglés, intoxicated quiere decir que alguien ha tomado drogas o bebido demasiado alcohol. Esto provocó que se optara un tratamiento médico diferente y Willie acabó tetrapléjico. Finalmente, y tras un juicio, se condenó al hospital por negligencia médica y éste tuvo que pagar una indemnización de 71 millones de dólares. Si hubieran contratado un servicio de interpretación profesional la historia habría sido muy distinta…

La cornamenta de Moisés

Si te gusta el arte y/o has visto el Moisés de Miguel Ángel, probablemente sepas que tiene un par de cuernos esculpidos en su cabeza. ¿Pero por qué a este personaje bíblico le salen esas protuberancias? Todo se debe a un error más en la historia de la traducción. San Jerónimo, que fue el encargado de traducir la Biblia de hebreo a latín, se confundió con un término. En lugar de traducir la palabra «karan», que significa radiante, tradujo «karen», que significa cornudo.

No hagas nada

El banco HSBC se gastó una millonada en una campaña bajo el lema en inglés «Assume Nothing», que significa «no des nada por hecho». Sin embargo… no quiso invertir mucho en buenos traductores, porque en muchos países se tradujo su eslogan como «No hagas nada» o el equivalente en otros idiomas. Al final, su campaña fue un fracaso a nivel internacional y una de las grandes chapuzas de la historia de la traducción.

Street Fighter

Este clásico videojuego esconde una historia de traducción bastante curiosa. El traductor de japonés a inglés, sin contexto, entendió mal una frase y confundió un movimiento con una persona; y al final acabó creando a un nuevo personaje, Shen Long. Los fans no paraban de preguntarse quién sería ese tal Shen Long, ya que nadie lo había visto… Se hablaba de un jefe de lucha secreto que solo se lograba desbloquear cierto nivel. No obstante, a la empresa le salió bien porque todos los adolescentes de la época hablaban de ello y eso tradujo en publicidad para Street Fighter.

La Alta Edad Media

¿Nunca te ha chirriado este término? ¿Por que alta? ¿Cuánto media la Edad Media? En realidad, este es un false friend procedente del alemán. La palabra «alt» significa viejo o antiguo. Por eso, debería haberse llamado la Vieja o la Antigua Edad Media.

El sueño húmedo de Jimmy Carter

En 1971, el presidente de Estados Unidos fue a Polonia y trató de limar asperezas con este estado soviético. Sin embargo, el intérprete era nativo ruso y chapurreaba polaco, y eso acabó creando una historia de la traducción llena de errores. El discurso en inglés era amistoso, pero la interpretación en polaco adquirió otros matices. Por ejemplo, el intérprete dio a entender que Carter deseaba sexualmente a los polacos y que se alegraba de ver las zonas más intimas de sus habitantes.

Las colonia británica de Nueva Zelanda

El tratado de Waitangi tiene un hueco especial en la historia de la traducción por un pequeño fallo que cambió todo. En 1840, los maoríes de Nueva Zelanda firmaron un tratado con la corona británica… sin embargo, se firmaron dos versiones, una en cada idioma y que contradecía radicalmente la principal idea. En la versión maorí se dice que los nativos aceptan que la Corona los proteja de manera permanente. Mientras que en la versión en inglés se indica que los maoríes se someten a la Corona.

Os enterraremos

La Guerra Fría fue una época muy delicada a nivel político y diplomático… Nikita Kruschev quería reforzar la alianza y dijo una frase del Manifiesto Comunista de Marx: «Viviremos para ver cómo os entierran». Sin embargo, esto se tradujo como «Os enterraremos». Lo más grave es que este discurso lo pronunció delante de políticos occidentales y la crisis diplomática fue tal, que estuvo a punto de estallar la guerra de los misiles de Cuba.

Una cojera y una mala traducción

El sector sanitario ha sufrido otros contratiempos por las mala traducciones. En una ocasión, 47 pacientes con cojera fueron a implantarse una prótesis de rodilla en una clínica alemana. Las instrucciones estaban en inglés y decían: «non modular cemented», es decir, que dichas prótesis no son modificables y que deben cementarse. Curiosamente interpretaron justo lo contrario, que no necesitaban esa masa. Tras conocerse ese error, la mayoría de pacientes optaron por operarse de nuevo.

¡Chocolate para todos!

Una cadena internacional de chocolates llegó a Japón con la idea de fomentar el consumo de este alimento para San Valentín. Su eslogan en otros idiomas era claro, todo el mundo debía recibir chocolate ese día. Pero en japonés se dio a entender, además, que posteriormente había que devolver los regalos a esa misma persona. Al final, y a pesar del error, les salió bien la jugada porque si el 14 de febrero regalabas chocolate… el 14 de marzo te lo regalaban a ti. Es decir, que al final se compraba dos veces. La tradición se extendió y la cadena multiplicó sus ingresos.

Crédito de la imagen: taringa.net

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